RODEADOS DE LUZ
Funeral por las más de 6,000 víctimas que el terremoto Hanshin se cobró en 1995 en la ciudad de Itami, Japón
Las fotos nos revelan una parte de la realidad y, a veces, sin quererlo, también revelan una parte de la verdad. Estamos rodeados de luz.
Nadie lo ve. Osar reconocerlo es una insolencia. Y con razón. La oscuridad se impone, se zampa la luz por doquier. Nunca habíamos necesitado tanta luz artificial: contaminación lumínica en un mundo a oscuras. El diagnóstico es claro: la humanidad padece oscuridad por exceso de luz.
De repente, algo tiene la virtud de hacer emerger la verdad, oscurecida por ese exceso de luz… artificial. Este es el milagro de la “foto”, es decir, el milagro de la “luz”: sale a la vista lo que somos, emerge lo que seremos.
Aunque cueste creerlo, yo me fío de la foto: aun a oscuras, estamos rodeados de luz.
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